Siguiendo mi viaje por Tailandia, después de la visita al Gran Palacio de Bangkok, nos dirigimos hacia otro templo que está justo al lado, el Wat Pho.
Con mucha menos atracción turística que el Gran Palacio, este templo destaca por el Buda reclinado más grande, la mayor colección de budas en Tailandia y el centro de educación pública más antiguo del país.
El impresionante Buda reclinado, de 46 metros de longitud y 15 metros de altura, representa su paso al nirvana (o sea, la muerte de Buda). La imagen es de ladrillo recubierto de escayola y pan de oro. Los pies tienen incrustaciones de madreperla que ilustran 108 características de Buda.
Las imágenes de Buda expuestas en los otros cuatro santuarios también merecen visitarse.
Las galerías que se extienden entre los cuatro santuarios muestran 394 imágenes más. Los restos de Rama I (Rey de Siam – Tailàndia – desde 1782 a 1809) reposan en la base del Buda que preside el bòht (santuario central).
El Wat Pho también es el centro nacional para la enseñanza y la preservación de la medicina tailandesa tradicional, que incluye el masaje tailandés, de acuerdo a una ley promulgada por Rama III cuando su práctica estaba a punto de desaparecer. La famosa escuela de masaje del templo posee dos pabellones dentro del recinto y salas adicionales en dependencias exteriores. En el recinto todavía pueden apreciarse las técnicas de yoga y masaje grabadas en piedra y que antiguamente servían de referencia visual.
Los laberínticos jardines del templo abarcan un total de 8 hectáreas.
Al terminar la visita al Wat Pho nos encontraremos con todas las tiendecitas de souvenirs, aunque a veces costará que el tendero nos haga algo de caso, especialmente si lo encontramos, como es habitual en muchas tiendas de Tailandia, en su momento de descanso…
Próximo destino a la playa! Si, dejaremos atrás las lluvias!
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