Una de la cosas que más me gusta de viajar es la comida, bueno, de hecho es algo que me gusta mucho aunque no vaya de viaje… Pero bueno, volviendo al tema, después de mi viaje por Tailandia, os quiero hablar un poco de su gastronomía, la comida tailandesa.
Hay que mencionar que la gastronomía es uno de los principales motivos de muchos viajeros a Tailandia, y es que en este país del sudeste asiático, especialmente en Chiang Mai, existen multitud de escuelas de cocina, lugares donde se puede aprender todo sobre la comida tailandesa. Aunque por la falta de tiempo no pudimos asistir a ninguna, es algo que queda pendiente para un próximo viaje. La afición a la comida tailandesa entre los autóctonos es tal que, incluso ellos, se emocionan tanto como los turistas ante un buen cuenco de fideos o cuando acuden a un puesto ambulante.
El arroz es un producto esencial en la gastronomía tailandesa; comer es comer arroz y, para la mayor parte de la población, una comida no está completa sin este alimento. Aunque, si no se come arroz, se comen fideos (de arroz).
Seguramente los platos más típicos de Tailandia son el «Pad Thai», el curry verde o las sopas, pero lo cierto es que existe todo un mundo de platos sorprendentes más allá de estos tres.
A la izquierda un puesto de comida ambulante (que básicamente sólo hacían Pad Thai) en la calle Rambuttri de Bangkok.
En el centro, un Pad Thai de restaurante. A la derecha un «khow ob sab pa rod», arroz salteado con piña.
Un aspecto que me sorprendió de la comida tailandesa fue el picante, o más bien dicho, la falta de éste. Había leído, y me habían dicho, que el picante acompañaba todos los platos de la cocina tailandesa, por lo que me esperaba platos cargados de picante, y no fue así. En la mayoría de sitios, ya sean restaurantes o puestos ambulantes, el picante lo tienes a parte, por lo que puedes añadir curry rojo o guindillas troceadas a tu gusto.
Si hablamos de comida tailandesa, no sólo tenemos que hablar de restaurantes y puestos callejeros, también cabe destacar los mercados. Encontraremos muchos mercados por las ciudades y pueblos tailandesas, aquí os dejo tres fotografías de uno ubicado en la ciudad antigua de Chiang Mai:
A la izquierda una carnicería, con espanta moscas incluido; en el centro una pescadería con el pescado bien fresco (aún vivo nadando en la bañera); y, a la izquierda, un puesto donde guisaban a la brasa el pescado recién comprado en la pescadería.
Y para terminar una buena comida, ¿qué mejor que tomar un digestivo? En este caso whisky macerado con diferentes animales dentro…serpientes, escorpiones… Decía el vendedor que eran bebidas afrodisíacas, yo no lo comprobé.