En la mayoría de los cursos de fotografía que realizo con Naturpixel siempre hay algún alumno que nos formula la pregunta: quiero la foto en blanco y negro ¿configuro la cámara para que dispare en b/n o lo hago después en «Photoshop»?
Siempre reciben la misma respuesta: después, nunca antes de la captura. Pero ¿por que? La respuesta es muy sencilla, una fotografía disparada desde la cámara en color siempre se podrá pasar a blanco y negro, con lo que tendremos las dos versiones; mientras que una fotografía disparada en blanco y negro directamente desde la cámara jamás la podremos convertir a color. Muchas veces, cuando estamos fotografiando, estamos muy metidos en el sitio y en ese momento no somos capaces de pensar si esa imagen será mejor en blanco y negro o en color.
Vamos a poner un ejemplo práctico. Por motivos familiares viajo a menudo a Ginebra, Suiza, maravillosa ciudad a orillas del lago Lemán en la que reside mi hermana, y su recién creada familia, desde hace ya unos cuantos años (y eso que en principio tenía que ser un sólo curso de erasmus…pero bueno, eso no nos viene al caso). Ginebra es una ciudad genial para conocer en un fin de semana, llena de callejuelas, plazas, y rincones encantadores; lógicamente siempre que voy me acompaña una (o varias) de mis cámaras fotográficas.
Uno de esos viajes a Ginebra coincidió con un fin de semana de principios de marzo, hacía frío, el cielo estuvo todo el fin de semana nublado, vamos, algo que muchos aficionados a la fotografía calificarían como «día feo para hacer fotos». Pero paseando por Ginebra, capital del cantón homónimo (Suiza divide sus regiones por cantones), me dí cuenta que mentalmente estaba visualizando la ciudad en blanco y negro, todo lo veía gris, sólo veía contrastes, tenía muy claro que esas fotografías que estaba capturando con mi cámara irían procesadas en blanco y negro, aunque, como ya he comentado antes, las estaba capturando en color.
A mi regreso a Barcelona vacié las tarjetas a mi ordenador, y con el programa de edición convertí todas las imágenes a blanco y negro, ajustando simplemente un poco la exposición, brillo, contraste y jugando, en algún caso, con los filtros de color para potenciar algunas zonas de las imágenes (algo similar a lo que se hacía cuando se disparaba en película blanco y negra, y se ponían filtros de colores para resaltar ciertas zonas).
Pero como comentaba antes, no siempre sabes cuando puede ser mejor si color o blanco y negro, y un claro ejemplo lo podemos encontrar en esta imagen:
Si hubiera disparado directamente en blanco y negro no me hubiera dado cuenta a posterior que la imagen gana en color, pues las zonas rojas y la luz anaranjada, le dan un aspecto que se pierde con el monocromático:
Así que ya sabéis, configurar las cámaras para que disparen a todo color, captando la realidad tal y como es, y ya lo convertiremos a blanco y negro en el procesado.En la mayoría de los cursos de fotografía que realizo con Naturpixel siempre hay algún alumno que nos formula la pregunta: quiero la foto en blanco y negro ¿configuro la cámara para que dispare en b/n o lo hago después en «Photoshop»?
Siempre reciben la misma respuesta: después, nunca antes de la captura. Pero ¿por que? La respuesta es muy sencilla, una fotografía disparada desde la cámara en color siempre se podrá pasar a blanco y negro, con lo que tendremos las dos versiones; mientras que una fotografía disparada en blanco y negro directamente desde la cámara jamás la podremos convertir a color. Muchas veces, cuando estamos fotografiando, estamos muy metidos en el sitio y en ese momento no somos capaces de pensar si esa imagen será mejor en blanco y negro o en color.
Vamos a poner un ejemplo práctico. Por motivos familiares viajo a menudo a Ginebra, Suiza, maravillosa ciudad a orillas del lago Lemán en la que reside mi hermana, y su recién creada familia, desde hace ya unos cuantos años (y eso que en principio tenía que ser un sólo curso de erasmus…pero bueno, eso no nos viene al caso). Ginebra es una ciudad genial para conocer en un fin de semana, llena de callejuelas, plazas, y rincones encantadores; lógicamente siempre que voy me acompaña una (o varias) de mis cámaras fotográficas.
Uno de esos viajes a Ginebra coincidió con un fin de semana de principios de marzo, hacía frío, el cielo estuvo todo el fin de semana nublado, vamos, algo que muchos aficionados a la fotografía calificarían como «día feo para hacer fotos». Pero paseando por Ginebra, capital del cantón homónimo (Suiza divide sus regiones por cantones), me dí cuenta que mentalmente estaba visualizando la ciudad en blanco y negro, todo lo veía gris, sólo veía contrastes, tenía muy claro que esas fotografías que estaba capturando con mi cámara irían procesadas en blanco y negro, aunque, como ya he comentado antes, las estaba capturando en color.
A mi regreso a Barcelona vacié las tarjetas a mi ordenador, y con el programa de edición convertí todas las imágenes a blanco y negro, ajustando simplemente un poco la exposición, brillo, contraste y jugando, en algún caso, con los filtros de color para potenciar algunas zonas de las imágenes (algo similar a lo que se hacía cuando se disparaba en película blanco y negra, y se ponían filtros de colores para resaltar ciertas zonas).
Pero como comentaba antes, no siempre sabes cuando puede ser mejor si color o blanco y negro, y un claro ejemplo lo podemos encontrar en esta imagen:
Si hubiera disparado directamente en blanco y negro no me hubiera dado cuenta a posterior que la imagen gana en color, pues las zonas rojas y la luz anaranjada, le dan un aspecto que se pierde con el monocromático:
Así que ya sabéis, configurar las cámaras para que disparen a todo color, captando la realidad tal y como es, y ya lo convertiremos a blanco y negro en el procesado.